domingo, 8 de agosto de 2010

EL Y LOS OTROS


Su rostro se perdió entre sus recuerdos
que aceptó como la vida de otro hombre.
Sus sueños ya no tenían letras
que interpretaran las palabras
que nunca se atrevió a pronunciar.
Pero surgían sus secretos
cuando sus ojos bajaban a la tierra
como adentrándose en caminos interiores.

Entonces, él no era más el hombre que suponía ser.
Su amanecer tenía un horizonte con las sombras
cada vez que sus manos
usaban la herramienta que hacía realidad
sueños que eran de otros.

Sólo cuando la noche estacionaba su silencio
podía reconocerse
como el que siempre quiso ser
parte de él y de los otros.

Era en ese momento
que sus ojos emitían un brillo
como cuando la luz
cruza la transparencia misteriosa del agua.

domingo, 18 de julio de 2010

INCONGRUENCIAS II



Las calles frías, taciturnas
casi como un pedazo de noche
que dibuja jilgueros
cuando la luz se escurre
por entre los umbrales
y bajo los dinteles.
Me parece sentir una caricia
y estoy dentro de todo
pero las calles son helado mármol
no cuentan historias cuando crees
viven las historietas a la luz de una vela
que reposa cansada sobre un plato
al borde del ventanal.
Las figuras pasan como trozos de sombra
sin detenerse ni a la orilla de esa esquina
que parece rogar que curves tus mañanas
sobre ella.
Algunas veces es todo tan intenso
como cuando me olvido de aquella sensatez
que entibiaba mis pasos
y calmaba cada locura extraña
que salía impensada
desde mis labios o mis ojos.
Hoy tendré que esperar un poco más
ya no revelaré lo que gritan mis pupilas
cada vez que me encierro en mi hoguera
para pensar en ti.

SUBTERRÁNEO


Pintura de Jacek Yerka
Bajo la tierra muda
subterránea
existe un huerto verde
un secreto vergel
que se nutre
con las hojas que el otoño
desliza sigiloso
entre los poros de la tierra.

domingo, 11 de abril de 2010

SENSACIONES



El roce de tu mano me perturba
tus dedos me recorren suavemente
soy un árbol de ramas extendidas
atesorando ese temblor que provoca tu brisa
entre mis hojas.

No hay punteros que inauguren la tarde
cuando somos silencio que no molesta
ni incomoda.

Sólo estamos pendientes
sin la necesidad de estarlo
sintiendo como arena resbalando en la piel
cayendo… acariciando
obligando a los párpados a rendirse
revelando el misterio
de esa agradable sensación.

Una tensión sutil en el entorno
como el rumor del agua
cuando la tarde se despide
y espera igual que cada día
que las aves retornen
para luego retirar su claridad
dejando que la noche se inunde de secretos.

El secreto de tus dedos
dibujando en mi rostro una promesa
como un tatuaje inalterable
de algo que no será…
y algo que nunca dejará de ser.