domingo, 11 de abril de 2010

SENSACIONES



El roce de tu mano me perturba
tus dedos me recorren suavemente
soy un árbol de ramas extendidas
atesorando ese temblor que provoca tu brisa
entre mis hojas.

No hay punteros que inauguren la tarde
cuando somos silencio que no molesta
ni incomoda.

Sólo estamos pendientes
sin la necesidad de estarlo
sintiendo como arena resbalando en la piel
cayendo… acariciando
obligando a los párpados a rendirse
revelando el misterio
de esa agradable sensación.

Una tensión sutil en el entorno
como el rumor del agua
cuando la tarde se despide
y espera igual que cada día
que las aves retornen
para luego retirar su claridad
dejando que la noche se inunde de secretos.

El secreto de tus dedos
dibujando en mi rostro una promesa
como un tatuaje inalterable
de algo que no será…
y algo que nunca dejará de ser.