martes, 4 de abril de 2017

LA RUFINA






















Déjame andar por tus orilla vivas
desovillarme entera entre tus piedras
intervenir el paisaje minúsculo
de la hormiga y el tábano
con los ojos abiertos del asombro.
Déjame descender a sus tamaños
y sentir sus aromas de verano;
el agua no es la misma
ronronea sencilla en libertad,
los sonidos comulgan con la historia
pasos pequeños grandes pasos
y la espuma en la orilla
intentando escribirse en la ribera.
El boldo viste su forma subterránea
lleva corona y botas como espejos
es un señor junto a los álamos
cuando dejan caer su mosaico de otoño.
Ellos se quedan
yo voy de paso.
Surge en la habitación de las montañas
un aire prematuro inundado de especias;
los cactus deshilachan la brisa
esparciendo sus hebras
desparramando el aire puro.
Dejé mi huella impresa en una piedra
un tatuaje de piel en su dureza extrema,
regresaré en la próxima estación del estío
parafraseando brotes.
Hoy aprendo a hibernar
como aquel que ya sale del otoño.

domingo, 1 de julio de 2012

QUIERO IR AL SUR














Quiero ir al Sur
a buscar el eco de las voces
tomar el rumbo hacia los años
cargados de emociones
enredadas entre los troncos
de los árboles

Lejos están,
entre las plumas de las aves
en cada huella o semilla
en el sudor y la lágrima
sobre el risco de piedra
o la montaña gélida del sur
esos amaneceres del pasado
profundos entre la memoria.

La paz no ha sido hoy
la mensajera
esa que el bosque clama
en su silencio
o el hombre evoca
la que ha de gobernar cada rincón
reflejar cada acto
con cada mano que se aprieta
con la mirada en la mirada
como el lenguaje
que la voz ya no alcanza.

Quiero ir al Sur
a caminar sobre la tierra roja
 bajo la noche espesa de crujidos
sin horizontes en la raza
ni signos
más que la Cruz del Sur
para llegar.

Quiero volver a ser
esa que un día inolvidable
recogió los piñones 
la que horadó las piedras
cosechó cada grano
y caminando lento
hasta la  esquina de los vientos
lanzó el grito de vida
y abrazó el esplendor
de todo aquello
que quisiera volver a reencontrar
allá en el Sur.

domingo, 10 de abril de 2011

¡ADIOS NONINO... TANGO QUE DUELES!



¡Adiós Nonino…!
Semejas el adiós desde todas las cosas.
Te paseas sonoro por mi mente
con tu puñal de música pretérita.
Me sacudes del fondo hasta el comienzo
te me vas de las manos
y te atrapo con sogas de emociones
rebanando mis dedos
partiéndome este corazón
que ya se hizo pedazos.

Llévame hoy
desde tu partitura
que me quiebra el aliento
que me lastima
y me conmueve
y me deshoja el alma
como si fuera un árbol
y se vinieran sobre mí
todas las otoñadas de la tierra.

Te anudas en mi cuello
con esa pretensión
de un sentimiento
que trata de brotar
y se ha quedado seco.

Me remeces el pecho
con aquel bandoneón
que implacable describe
este intenso momento.

Y sigo siendo yo
tan diferente.
Sigo aquí en mi rincón
de las preocupaciones no resueltas
cómplice de este tango
que estremece mi cuerpo.
Sigo siendo yo
con mis karmas atados a la espalda
de pie frente a un destino
que se nubla y se pierde
en mis ojos de lluvia.

Atrapo la emoción
en mi mentón que tiembla
y en una lágrima indecisa
que no sabe escapar
de este momento incierto.

¡Y tú Nonino
permaneces conmigo!
Ignorando que sigues
lanzando puñaladas
en este corazón
que de tanto latir
corre como un caballo desbocado
que se aleja de mí
como yo quiero hacerlo!

domingo, 8 de agosto de 2010

EL Y LOS OTROS


Su rostro se perdió entre sus recuerdos
que aceptó como la vida de otro hombre.
Sus sueños ya no tenían letras
que interpretaran las palabras
que nunca se atrevió a pronunciar.
Pero surgían sus secretos
cuando sus ojos bajaban a la tierra
como adentrándose en caminos interiores.

Entonces, él no era más el hombre que suponía ser.
Su amanecer tenía un horizonte con las sombras
cada vez que sus manos
usaban la herramienta que hacía realidad
sueños que eran de otros.

Sólo cuando la noche estacionaba su silencio
podía reconocerse
como el que siempre quiso ser
parte de él y de los otros.

Era en ese momento
que sus ojos emitían un brillo
como cuando la luz
cruza la transparencia misteriosa del agua.

domingo, 18 de julio de 2010

INCONGRUENCIAS II



Las calles frías, taciturnas
casi como un pedazo de noche
que dibuja jilgueros
cuando la luz se escurre
por entre los umbrales
y bajo los dinteles.
Me parece sentir una caricia
y estoy dentro de todo
pero las calles son helado mármol
no cuentan historias cuando crees
viven las historietas a la luz de una vela
que reposa cansada sobre un plato
al borde del ventanal.
Las figuras pasan como trozos de sombra
sin detenerse ni a la orilla de esa esquina
que parece rogar que curves tus mañanas
sobre ella.
Algunas veces es todo tan intenso
como cuando me olvido de aquella sensatez
que entibiaba mis pasos
y calmaba cada locura extraña
que salía impensada
desde mis labios o mis ojos.
Hoy tendré que esperar un poco más
ya no revelaré lo que gritan mis pupilas
cada vez que me encierro en mi hoguera
para pensar en ti.