Quiero ir al Sur
a buscar el eco de las
voces
tomar el rumbo hacia
los años
cargados de emociones
enredadas entre los
troncos
de los árboles
Lejos están,
entre las plumas de
las aves
en cada huella o
semilla
en el sudor y la
lágrima
sobre el risco de
piedra
o la montaña gélida
del sur
esos amaneceres del
pasado
profundos entre la
memoria.
La paz no ha sido hoy
la mensajera
esa que el bosque
clama
en su silencio
o el hombre evoca
la que ha de gobernar cada rincón
reflejar cada acto
con cada mano que se aprieta
con la mirada en la mirada
como el lenguaje
que la voz ya no alcanza.
Quiero ir al Sur
a caminar sobre la tierra roja
bajo la noche espesa de crujidos
sin horizontes en la raza
ni signos
más que la Cruz del Sur
para llegar.
Quiero volver a ser
esa que un día inolvidable
recogió los piñones
la que horadó las piedras
cosechó cada grano
y caminando lento
hasta la esquina de los vientos
lanzó el grito de vida
y abrazó el esplendor
de todo aquello
que quisiera volver a reencontrar
allá en el Sur.