lunes, 18 de mayo de 2009

BEAGLE



Brota añil de la tierra
el agua enriquecida
de tiempo y de silencio.

Lejanos los parajes indómitos,
templos de hielo eterno
que el frío y la distancia concibieron;
formas casi casuales
como el himno ancestral
con que la lluvia tiñe
de índigo el paisaje aterido.

La soledad del sur
allá, cerca del Beagle
una danza pionera
en la que el viento arrecia
con su voz pasajera,
un altar de extramuros protegiendo
la cotidianeidad de lo presente.

Un rincón
donde surge milagroso
un hálito de vida.

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